30.9.08

YEMANJÁ, madre del océano


Yemanjá es la Madre Océano, la Madre de todo lo viviente, el Misterio de las aguas profundas de donde surgió la vida.
Es la Diosa del Mar, poderosa y dinámica, que cede a la caricia impetuosa del viento, aceptando una renovación constante . Ella canta canciones muy antiguas que hablan de un latir, de un flujo y un reflujo, de un ritmo, que va y viene, renovando, y expandiendo.
Ella danza con el oleaje, que es la fuerza esencial de su vientre, generando, transformando, creando y recreando, cambiando de forma en su vaivén eterno, y afirmando al mismo tiempo su propia autenticidad, permaneciendo siempre fiel a sí misma.

Yemanjá vive dentro de cada mujer, en nuestro útero, en nuestra sangre menstrual, en el líquido amniótico que protege a nuestros hijos, en todo lo que gestamos, en todo lo que creamos y cuidamos, en la sabiduría de nuestras abuelas y en todas nuestras antepasadas, que gestaron la vida de nuestras madres y la nuestra propia.
Ella representa por un lado, todas las cualidades de la maternidad: gestar, generar, crear, nutrir, educar, guiar, enseñar, acompañar, alimentar, proteger, cuidar, abrazar, contener...
Pero también simboliza la inmensidad del universo femenino, la vastedad de nuestro mundo emocional, con sus fluctuaciones y sus riquezas, la abundancia de nuestros recursos ocultos y de los tesoros que guardamos en nuestras profundidades.
Yemanja nos invita a dejar atrás los espacios asfixiantes, aquellos que no limitan y nos encierran en ambientes cargados de aire viciado y pocas posibilidades de expansión.
Nos invita a sentir la caricia de la brisa marina en todo el cuerpo, a respirar profundo y a renovarnos con su presencia a bañarnos en sus aguas sagradas para aliviar las cargas y las tensiones, para limpiarnos y sanarnos, para entregarnos a su vaivén regenerativo y volver a reconocer la plenitud dentro de nosotras mismas.



Texto y compilación:
Mónica Glusman

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